Igual que en cuestiones celestiales hay ‘santos súbitos’, en el cómic también podríamos hablar de ‘clásicos súbitos’. En esta categoría ha entrado, sin milagros de por medio, ‘La Visión‘ (Panini Cómics) de Tom King y Gabriel Hernández Walta. Como diría el Fary, esto es un «melocotonazo».

La Visión

Hay muchas escenas memorables en los dos tomos que componen esta historia bastarda de superhéroes. Me quedo con una: Viv, la hija androide y adolescente de La Visión, rezando en su habitación. ¿Un robot orando? ¿Una inteligencia artificial -cables, metal y plástico- lanzando una plegaria a un dios que duda que exista, por la salvación de un alma que considera improbable? Boom. Dos páginas imborrables en un tebeo memorable.

‘La Visión’ es un tebeo que saca petróleo de un personaje bastante peculiar dentro de la continuidad de Marvel. Lo hace sin renunciar a la herencia -incluso con un notable guiño a ese pasado, en forma de capítulo añadido-, pero totalmente libre de ataduras. Este es un cómic de superhéroes que puede leer cualquier lego en la materia.

La Visión quiere tener una familia. Como es un androide – sintozoide, para ser precisos- y en experiencias anteriores no ha tenido suerte, toma el camino fácil: se la hace. Así que se construye una esposa y dos hijos adolescentes, chico y chica, y todos juntos se instalan en la típica urbanización estadounidense. Si, como nos enseñó en televisión ‘Mujeres desesperadas’, en esas plácidas zonas residenciales las cloacas suelen estar a rebosar, cuando introduces una familia tan especial las cosas pueden llegar a salirse algo de madre… Mejor no contar más.

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El planteamiento es ya de por sí atractivo, pero el desarrollo es portentoso. Las referencias a Shakespeare no son gratuitas. Hay diálogos, escenas, que exudan drama. Tom King hace que la inteligencia artificial se choque de bruces con las miserias humanas o, mejor dicho, con sus propias miserias. Ni la lógica de los unos y ceros puede evitar tomar decisiones equivocadas… O acertadas, según se mire. Todas tienen consecuencias. El español Gabriel Hernández Walta -con colores de Jordie Bellaire– traslada toda esa carga dramática al papel de forma magistral. Cada una de sus  elecciones, desde el diseño de personajes a la minuciosa distribución de las viñetas, son tan parte del guion como las propias palabras de King y elevan la historia a cotas de excelencia.

‘La Visión’ es un tebeo que hay que leer.